Si el «spiking» es una epidemia, ¿por qué en el Reino Unido todavía no es considerado como un delito penal?
Definido como el acto de poner alcohol o drogas en la bebida de otra persona o en su cuerpo sin su conocimiento y/o consentimiento, el spiking se ha convertido en un tema polémico durante el último año. Helena Conibear, directora ejecutiva del Alcohol Education Trust afirma que el problema ha alcanzado niveles de «epidemia». «Esto le sucede a una de cada 10 personas, y puede sucederle a cualquiera en diferentes entornos», dice. «Ocurre con tal frecuencia porque las condenas son muy bajas». Conibear le exige al gobierno del Reino Unido que revise la legislación actual, ya que, según ella, «no está funcionando».
Según el National Police Chiefs’ Council, se informaron a la policía de Inglaterra y Gales casi 5000 casos de incidentes de spiking mediante bebidas o jeringas en los 12 meses hasta septiembre de 2022. Aunque tendemos a pensar que el spiking es algo que les sucede principalmente a las mujeres, también es frecuente entre la comunidad LGBTQIA+. En 2020, Reynhard Sinaga —descrito como «el violador más prolífico de Gran Bretaña»— fue encarcelado por 136 violaciones cometidas contra docenas de jóvenes en Manchester. Sinaga drogaba a sus víctimas y las atacaba después de que se desmayaban. Hay casos de spiking en bares, clubes nocturnos y festivales, pero también en fiestas caseras, donde ocurre el 35 % de los incidentes. Lamentablemente también es un fenómeno poco denunciado, particularmente entre los hombres heterosexuales que temen el estigma que conlleva. Sin embargo, el gobierno del Reino Unido dijo en enero que no había necesidad de tipificar el spiking como un delito penal específico y rechazó los llamamientos de los activistas. ¿Por qué?
En su forma actual, una persona puede ser condenada por delitos relacionados con el spiking, como violación y robo. Esto, según el gobierno, es suficiente. También existe la Offences Against The Person Act (Ley sobre los delitos contra la persona) de 1861, que tipifica como delito administrar una sustancia a una persona con la intención de herirla, agraviarla o molestarla, lo que sí incluiría el spiking. Por lo tanto, ya existen algunas leyes en la materia. Sin embargo, «la pregunta es: ¿por qué no se han utilizado lo suficiente?» pregunta David Corker, socio del despacho de abogados londinense Corker Binning. «A los activistas no les gusta la legislación actual porque rara vez conduce a procesos judiciales».
Pero no es solo la ley la que debe cambiar. También se requieren mayores esfuerzos en capacitación y educación sobre cómo manejar el spiking de manera efectiva y apoyar a las víctimas con sensibilidad. Conibear agrega que «el spiking generalmente se usa para facilitar una agresión sexual o un robo, pero la mayoría de las veces no termina en eso. Los delincuentes deben saber que podrían enfrentar un proceso judicial basado en la acción como tal, no solo en la intención. Por el momento, no hay ningún elemento de disuasión real».
5 recursos que tienes que conocer para obtener ayuda y asistencia
- Stamp Out Spiking: una empresa sin fines de lucro que crea conciencia sobre los peligros del spiking y ofrece soluciones prácticas para que tú y tus amigos estén seguros.
- Victim Support: una organización benéfica independiente que apoya a las víctimas de delitos e incidentes traumáticos en Inglaterra y Gales.
- Talk To Frank: una organización dedicada a brindar apoyo e información honesta sobre las drogas, sus efectos y la ley.
- Nightline: un servicio de escucha e información dirigido por estudiantes y disponible en las horas de la noche.
- Rape Crisis: apoyo y servicios de asistencia para mujeres y niñas que han sufrido abuso sexual, violencia o violación.
Ella Alexander trabaja como editora digital en Harper’s Bazaar UK y ha escrito para Glamour UK, Italy Segreta y Mr And Mrs Smith.
