El poder político y social del baile
Al inicio del libro de Emma Warren Dance Your Way Home aparece una cita del DJ y productor Theo Parrish que dice: «El escapismo siempre ha sido un adjetivo utilizado para describir el baile. Esa es la opinión de alguien que no lo conoce. Solidaridad es lo que realmente ofrece».

Warren dice que esta cita (usada con el permiso de Parrish) está «un poco fuera de contexto» porque proviene de un discurso más amplio pronunciado durante las manifestaciones del movimiento Black Lives Matter de 2020 y el reconocimiento racial que se extendió por todo el mundo. «Le estaba hablando a la comunidad europea blanca de la música dance, preguntándole: “¿cómo puedes formar parte de esta música y no manifestarte ante las cosas que le están sucediendo a la gente de color en los EE. UU.?”», explica.
El significado más amplio de las palabras de Parrish concuerda con los temas abordados en el libro de Warren. «Lo que él dice (y lo que digo yo también) es que las cosas que hacemos —cuando las hacemos juntos— son políticamente poderosas», afirma. «Las fuerzas que desean controlarte a menudo comenzarán controlando el movimiento del cuerpo, ya que este tiende a expresarse en la pista de baile».
El libro de Warren —que explora todo tipo de temas, desde los centros juveniles de los ochenta hasta los clubes legendarios como Plastic People en Londres y The Loft en Nueva York— también puede ser considerado como una autobiografía. Es uno de los muchos libros nuevos que celebran la alegría y el poder del baile. También está Sacred Spaces, que contiene cartas de amor a las pistas de baile escritas por amantes incondicionales de los clubes nocturnos como Róisín Murphy y Kevin Saunderson. Raving de McKenzie Wark analiza cómo la pista de baile ha sido un espacio mediante el cual las personas trans han formado comunidades. Temporary Pleasure explora la arquitectura de los clubes nocturnos, mientras que On The Dance Floor de Claire Marie Healy se centra en las representaciones cinematográficas, incluyendo recuentos personales nada más y nada menos que de Cher.

Si bien existe una clara relación entre los confinamientos por el COVID y el actual interés en el baile, también es un tema que va mucho más allá de los eventos recientes. «Es algo que hacemos como especie», señala Warren. «Es como preguntarnos, “¿por qué vuelan los pájaros?” Bailamos porque somos humanos, y si bailamos, nos volvemos más humanos».

Warren también publicó Make Some Space, la historia del club de culto Total Refreshment Centre, situado en el este de Londres, que en 2019 perdió su licencia de música en vivo. Habiendo estado inmersa en la cultura dance durante décadas, la periodista y locutora ha sido testigo de su poder a través de generaciones y comunidades, y de cómo ese poder trasciende los clichés. «La gente menosprecia la pista de baile porque la asocia directamente con el hedonismo o el sexo», dice. «Y aunque no necesariamente represente esas cosas, también refleja algunos temas básicos muy humanos que tienen que ver con la creación de vínculos y el entendimiento entre las personas».
Esto es evidente desde la infancia, dice Warren. «He estado realizando unos talleres en una escuela primaria», explica. «Hoy había un par de chicas con una relación quizás un poco conflictiva... Al final terminaron con una sonrisa de oreja a oreja y su relación se hizo más fuerte. Existe evidencia sólida que demuestra que cuando las personas bailan juntas, se gustan más».
Lauren Cochrane es escritora sénior de moda en The Guardian y autora de The Ten.